¿Cómo funcionan las escuelas integradoras?
2 abril 2009 | Por admin
Muchos son los padres, que se encuentran con la dificultad a la hora de elegir la mejor educación para su hijo quien tiene una capacidad diferente. Quizás, parte de esas dificultades, radiquen en cómo son planteadas las políticas educativas de los gobiernos.
A menudo, solemos escuchar como lema de quienes están en el poder, "estamos avanzando hacia una sociedad mas igualitaria", pero a veces, se encuentran en una gran disyuntiva a la hora de legislar para lograr la verdera igualdad. Puntualmente, en el caso de la política educativa, en cualquier nivel, no puede dejarse de lado a la ética, y allí es donde muchos políticos se preguntan, encontrándose en un panorama complejo, como hacer para la inclusión social y educativa de personas con discapacidad. ¿Escuelas integradoras será la solución? Para comenzar, debemos saber que existen Escuelas Especiales e Integradoras. Las primeras, son aquellas que atienden las necesidades, solamente, de niños y jóvenes con capacidades diferentes (hipoacúsicos o disminuidos auditivos, no videntes, motores, mentales y/o con severos trastornos sensoriales), abordando la problemática particular con una metodología y didáctica especial. La educación se lleva a cabo con un equipo interdisciplinario de profesionales: fonoaudiólogo, musicoterapeuta, kinesiólogo, psicopedagogo, psicólogo, laborterapeuta, médico o psiquiatra en algunas instituciones. En algunos casos, ésta enseñanza es la mas adecuada para el incentivo del alumno. Las integradoras, por su parte, son aquellas escuelas comunes (públicas o privadas) que aceptan matricular alumnos con habilidades especiales y discapacidades, incluyéndolos en la totalidad de la currícula o en aquellas asignaturas que se juzgue pertinente según la dificultad del alumno. Uno de los mayores retos para las escuelas integradoras, las cuales están jugando un papel principal para la política educativa de este tiempo, es la adaptación entre todos los alumnos. No solo se trata de incluir a la persona con discapacidad, sino, realmente integrarlo, es decir, lograr que en el aula se escuchen entre todos, haya dialogo, participación, cooperación y confianza. De esta manera, se comienza a mentalizar, en uno de los principales lugares de formación del ser humano, a aceptar, que la sociedad esta constituida por personas diferentes y que todas tenemos los mismos derechos y obligaciones. Por ello, las políticas educativas deben estar en primera fila, contribuyendo al fortalecimiento de ambas escuelas. Debe brindarle facilidades y todas las herramientas necesarias (incluyendo mobiliario, equipos especiales, presupuesto adecuado, etc), para que realmente apunten a la Integración de las personas, y no, como a veces vemos, que ellas sean las que marcan las primeras diferencias.