

Si fuera por ellos se alimentarían únicamente de comida basura, que no es nada buena para la salud. Por lo tanto, es imprescindible cambiarles los hábitos alimenticios cuando éstos no son del todo sanos.
Es normal que los pequeños se rehúsen a comer alimentos nuevos o que para ellos les resulten extraños, pero está en nosotros encontrar la forma para que lo prueben, porque normalmente, los rechazan sin ni siquiera probarlos. Esta actitud de probar cualquier alimento nuevo se denomina neofobia.
Para eliminar este problema, deberemos preparar platos que les resulten atractivos y coloridos, es decir, si son originales y divertidos para ellos seguramente tendrán interés en comerlos. Otro de los puntos que podemos tener presentes es el hecho de comer en familia. Si los pequeños ven que los otros miembros de su hogar comen frutas y verduras, éstos le generarán curiosidad e intentaran los niños comerlas.
Algunos consejos simples para tener en cuenta:
Comer en familia
Evitar una dieta monótona
Preparar platos originales y coloridos
Llevar adelante una dieta variada
Cocinar con los niños
Empieza a incorporar verduras dentro de la alimentación sólida
No lo debes forzar a comer, pero sí debes incentivarlo
Ofrecer diferentes alternativas de verduras y frutas
Si nos referimos a niños un poquito más grandes, es bueno que los incorporemos a la preparación de las comidas. Ellos disfrutan mucho cocinando con los padres y empiezan a conocer otros ingredientes y alimentos que antes desconocían, al empezar a hacerlo, podríamos ir nombrando lo bueno que son estas frutas y verduras para su salud, comunicárselo de una manera que ellos la comprendan. Por ejemplo: si comes zanahorias tendrás buena memoria…. A los chicos les encantan los versos y seguramente, incorporaran mejor el mensaje.
No perdamos de vista que se trata de niños, y si les presentamos las cosas de manera lúdica estarán más propensos que si lo hacemos de mala manera y a gritos.