

Si se tiene un solo hijo/a y todavía es bebé las cosas pueden ser un poco más sencillas, ya que puedes cargarlo en un cochecito y llevarlo a la playa o a recorrer distintos sitios sin mayores inconvenientes.
La verdadera prueba de fuego viene al momento de irse de vacaciones con dos o tres niños, que ya sepan caminar y quieran explorar. Los chicos son curiosos y parecen estar siempre con las pilas cargadas para hacer de todo, así que hay que estar con ojos en todo el cuerpo para controlar dónde se meten y para llevarlos a recorrer las atracciones que deseen, ya sea la playa, un parque, un acuario o lo que sea.
A la noche, luego de que caiga el sol y cuando ya no nos quede ningún tipo de fuerzas, los pequeños dormirán plácidamente mientras tratamos de recuperar un poco de energía para el día siguiente, porque el trajín volverá a ser muy parecido.
A veces uno suele quejarse porque parece que las vacaciones nunca son lo suficientemente largas como para obtener un momento de descanso real frente a las andanzas de los más chicos. Sin embargo, vacacionar con los hijos es una de las experiencias más satisfactorias que pueden existir porque se vive en carne propia el crecimiento y el deseo por descubrir este vasto mundo que nos rodea.
Al hilo de este tema nuestros compañeros de Cosas de viajes han escrito un interesante artículo que seguro te será de utilidad: Vacaciones con niños
Imagen con licencia CC
Acostumbro cada noche buscar webs para pasar un buen rato leyendo y de esta forma me he tropezado vuestra web. La verdad me ha gustado el post y pienso volver para seguir pasando buenos momentos.
Saludos