

Con esto, no te queremos decir que debas comer en exceso, sino que tus alimentos deben de estar acorde a esta etapa de tu vida, ten en cuenta que comer bien no quiere decir comer mucho.
Durante la lactancia, deberás controlarte el peso de manera periódica, si ves algún cambio repentino, ya sea una subida elevada y una disminución considerable, debes de consultar a tu médico.
En esta etapa se consumen las reservas de grasas que se van acumulando durante el embarazo para la producción de la leche. No es aconsejable llevar una dieta baja en calorías, ya que esto, puede verse vinculado con la leche producida y provocar una leve desnutrición de la madre.
La cantidad de proteínas deben de ser mucho mayor que la cantidad que se consume habitualmente porque gran parte de ellas, pueden provenir de carnes con poca grasa (aves, pescado), además de huevos, leche y otros derivados que no cuentan con mucha grasa.
Otros alimentos aconsejables son el pan, el arroz, las pastas, las patatas y las legumbres.
Los alimentos que ingieras deberán contar con vitamina A, D, E, C, B1, B2 y acido fólico.
Es aconsejable, comer grandes cantidades de ensaladas y frutas ,como: cítricos, frutas tropicales que te brindaran la fibra necesaria.
No olvides que los lácteos cuentan con importantes cantidades de calcio, uno de los componentes principales de la leche materna. Si consumes alimentos con calcio podrás evitar la desmineralización.
Por último, te aconsejaremos consumir grandes cantidades de líquidos: infusiones, zumos, agua (la leche materna cuenta con un 90 por ciento de agua y ésta se debe reponer). Mientras le des el pecho a tu hijo, tómate un vaso de agua.
Foto | Flickr