

Lo que está claro es que tiene que haber una rutina que sigas de forma ordenada. Y es que seguir una rutina tiene cosas muy positivas:
- El día a día se estructura en torno a un plan que ya está organizado, lo que te ayuda a tenerlo todo bajo control. No olvides que con el bebé en casa, vas a necesitarlo.
- Hay algunas teorías que aseguran que es bueno para los bebés que ellos sepan qué va a pasar a continuación (algo que podrás conseguir si todos los días sigues los mismos pasos)
- Si te organizas bien, conseguirás que el bebé cumpla sus horarios, con lo que sabrás de cuánto tiempo dispones para ti y podrás organizarte. Por ejemplo, si sabes que se duerme pronto, puedes destinar un tiempo por la noche a compartirlo con tu pareja, tu familia, amigos....
Claro, que no todo es una maravilla, y hay quienes no están del todo de acuerdo en que sean beneficiosas, ya que quitan parte de espontaneidad y además, te obligan a estar siempre en casa en las horas correspondientes.
Puede que haya algunos momentos en los que te encuentres cansada, agobiada, preocupada por otros asuntos y te entren tentaciones de saltarte el plan que tienes programado. Por supuesto, esto no puede hacerse si estás siguiendo una rutina, ya que si empiezas a romperla, al final no servirá de nada.
Eso sí, tampoco es una fórmula asegurada, y puede que tu bebé no se adapte a la rutina y siga durmiendo mal y no en sus horas, pidiendo comer en momentos que no estaban programados... Es importante que tú no te sientas culpable ni lo consideres el primer fracaso de una larga lista.
Imagen de eyeliam sujeta a licencia CC