A medida que va pasando el tiempo, el bebé se sentirá más incomodo y fastidioso. Lamentablemente ésto puede causar alguna pequeña fisura en el ano del niño, por eso es importante tratar de evitar el estreñimiento, y eso en la mayoría de los casos dependerá de la alimentación que le brindemos.
En ocasiones, los padres confunden el estreñimiento con la escasa cantidad de deposiciones, pero esto no es lo mismo. Por ejemplo, en el caso de un bebé que se alimente por medio de la lactancia materna hace muy poca cantidad de heces ya que casi la totalidad de los nutrientes y líquidos es absorbido por el organismo.
Si vemos que nuestro hijo no ha realizado deposiciones por dos días debemos tomar cartas en el asunto. Uno de los síntomas para darnos cuenta antes de llegar a los dos meses es que veremos su barriga más hinchada, el bebé también estará más irritable y hasta llegará a llorar para demostrar su malestar. A esto se suele sumar un cuadro de retención de gases que aún le causa más fastidio. También es normal que veamos al pequeño haciendo fuerza, sin lograr nada.
Dentro de las causas del estreñimiento se pueden nombrar:
- Alimentación inadecuada. Durante la lactancia materna casi no existen problemas de estreñimiento, los trastornos suelen aparecer en niños alimentados con leches de fórmulas o cuando a partir de los 6 meses de edad se incorporan los alimentos sólidos. Es importante que los alimentos que vayamos agregando, siempre supervisados por un médico, sean ricos en fibras. Además, debemos brindarles a los pequeños la cantidad de líquido necesaria para mantener su correcta hidratación.
- Estrés. Aunque parezca mentira, los pequeños también suelen estresarse, esto causa trastorno en su digestión y posterior estreñimiento.
Para prevenir el estreñimiento en niños menores de 6 meses se recomienda la lactancia materna, luego de los seis meses incentivarlos en la ingesta de verduras y frutas, en forma de papilla y zumos.