El Calzado Adecuado para los Bebés

16 enero 2008 | Por lidia

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Los piececitos de los bebés es alguna de las partes de su cuerpo que más nos suelen gustar. De hecho, cuando pasamos por una tienda y vemos unos deportivos o unos zapatitos de pequeño tamaño enseguida esbozamos una sonrisa. Aún así debemos saber cuál es el calzado adecuado para los bebés. El pie de un niño es un órgano en evolución, requiere muchos cuidados y una atención especial para asegurar un crecimiento sano. Debes saber que no se desarrolla totalmente hasta los 3 años, pero para no interferir en esta evolución, es muy importante que desde el momento en que comienza a caminar, se cuiden sus primeros pasos protegiéndole con el calzado más adecuado. La característica más llamativa de los pies de los bebés es su flexibilidad. Pueden realizar movimientos imposibles para un adulto: los giran, doblan o tuercen de forma especialmente llamativa. Esto se debe a que los ligamentos y las articulaciones de las piernas y los pies de los bebés son extremadamente flexibles. El calzado infantil debe adecuarse al desarrollo físico y motor de los niños, pero también debe permitirles realizar con comodidad las actividades propias de esta etapa. Un calzado que no cumpla estas condiciones puede poner en peligro la salud del niño, incluso, provocar problemas más graves que arrastre hasta la madurez. La elección de un buen calzado es, por tanto, muy importante y debe basarse en criterios que van mucho más allá de los puramente estéticos. Hasta los 7 u 8 meses es bueno que tenga los pies descalzos o con calcetines de lana o algodón para que nada entorpezca los primeros intentas de gateo. Si hace frío, los zapatos recomendados deben ser ligeros, suaves y muy flexibles, hechos con tejidos transpirables. La suela debe ser blandita de manera que el pie del bebé esté siempre suelto y cómodo. Desde que aprende a andar hasta los tres años de edad pueden utilizar cualquier tipo de calzado: sandalias, deportivas, botas... pero es preferible dejar para más adelante los mocasines, las chancletas y las manoletinas, ya que estos modelos no sujeten bien el pie y les obliga a esforzarse demasiado al caminar. El material más adecuado para los zapatos es la piel. Las deportivas deben utilizarse con moderación ya que favorecen la sudoración, y el plástico sólo está aconsejada para breves momentos, por ejemplo para la piscina.

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