

Algunas fuentes ocasionadoras del trauma incluyen: abuso físico o sexual, ambientes inseguros o inestables; separación de los padres, intimidación o enfermedades graves entre otras.
Las señales de que un trauma infantil puede afectar la calidad de vida son: abuso de drogas o alcohol, dificultad para relacionarse y para mantener relaciones duraderas con los compañeros, miedo, depresión o ansiedad por citar algunas.
Para afrontar dicho problema debes de:
-Busca ayuda profesional, uno que inspire confianza y sea especializado en niños, el pequeño se sentirá más cómodo y más confiado; el desarrollo de la confianza con alguien que sepa escuchar, puede ser un paso en el proceso de curación.
-Mantén al niño dentro de una rutina para despertar, comer, realizar actividades, ir al colegio y dormir, de otra forma se puede agravar la depresión y otros síntomas. Haz que dedique un tiempo para socializarse y realizar las actividades que más le gustan.
-Cuida su salud: mantén una dieta saludable y haz que realice ejercicio con regularidad. Haz que descanse lo suficiente, ya que mantener su salud es importante para evitar el estrés, la depresión y la ansiedad.
-Actividades creativas pueden estimular los sentimientos positivos, como la pintura, artesanía, rompecabezas o lecturas didácticas, que además fomentan la creatividad del niño.
-Evita que pase mucho tiempo a solas. A menudo el deseo de evitar más dolor hace que el pequeño se aisle y entonces se fomentarán pensamientos y sentimientos negativos. La conexión con amigos, con gustos y preferencias similares, ayudará en su proceso de curación.