

Además, es aconsejable que no duerman sobre superficies blandas, con sábanas sueltas o demasiado arropados. Lo mejor es que acuestes a tu bebé en una superficie firme, para que el descanso y el sueño sea mejor, sin objetos en la cama que puedan hacerle daño o sean blandos como almohadas o juguetes de peluche, tampoco con aparatos que puedan perturbar el sueño del bebé. Por ello, no lo acuestes en un sofá, en un colchón de agua o sobre superficies mullidas.
Es mejor abrigarlo con ropa con la que esté calentito, que ponerle encima muchas sábanas y mantas. Pero tampoco te excedas, pon la habitación a una temperatura agradable y procura que no tenga calor. En cualquier caso, si vas a taparle con una manta, no le tapes demasiado, déjala por debajo de sus axilas. Ten especial cuidado en que no se duerma boca abajo ni tenga poco espacio entre la pared y la cama, por lo que pueda caer o quedar atrapado.
No obstante, todos estas posturas y consejos son para cuando están dormidos. A la hora de estar despiertos puedes dejarles moverse sin problema. Le ayudará además a desarrollar los músculos.