Aquí les dejamos algunos consejos:
Lo primero a tener en cuenta es que los niños requieren pasar un tiempo de calidad con sus progenitores. A veces por cuestiones laborales es difícil brindarles todo el tiempo que uno quisiera, pero aún así hay que disfrutar al máximo todos los momentos de conexión para forjar lazos muy fuertes.
La comunicación básica requiere de una parte que hable y otra que escuche. Pero no siempre debe ser el padre o la madre el dueño de la palabra. Hay que dejar que los niños se expresen y que sientan que realmente son escuchados.
Un buen modo de lograr una conexión con los hijos es hacerles sentir que lo que piensan está bien. La empatía es buena, y por ello no implica que se esté tratando al pequeño de forma condescendiente. Hay que saber respetar sus ideas y tratar de acompañarlo en sus sanas convicciones.
Hay que mostrar seguridad frente a lo que se le dice al niño. Uno no siempre es dueño de todas las respuestas, pero cuando los pequeños preguntan por algo es preferible decir “No lo sé, pero lo averiguaremos” antes que mostrarse dubitativo, porque sino los niños verán en sus padres una figura de decisión muy débil.
Existe una vieja frase que dice “De tal palo, tal astilla”, y es muy cierta. La personalidad del pequeño se forjará en gran parte tomando como bases a sus padres. Por dicho motivo hay que ser auténticos con el niño, pero mostrándoles siempre cuál es el camino correcto para ser una buena persona. Los modos de hablar, la forma de relacionarse con los demás y el respeto son muy importantes durante los primeros años de crianza del niño.
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