

Los recién papás han de marcarse una rutina concreta, de esta forma los miembros de la familia tendrán unos determinados hábitos a lo largo del día. Ser organizados, y eso incluye tanto al padre como a la madre, evitará situaciones de estrés y contribuirá a que la vida se desarrolle en un ambiente de calma y tranquilidad. Cuando uno se convierte en padre tiene muchas responsabilidades que antes no tenía. Sin embargo, es importante no olvidarte de tu vida anterior y dedicarte unos minutos diarios a tí misma. Lo mejor es encontrar el equilibrio en tu vida, lo que incluye tu nuevo cometido: educar a un hijo.
Los primeros meses son muy importantes porque durante los mismos se establecen las bases de los próximos. Al principio no es extraño que el niño duerma casi todo el tiempo, pero los padres han de estar atentos y cubrir las necesidades emocionales y físicas del bebé. Los recién nacidos se reconfortan cuando sus padres les cogen en brazos. Escuchar el latido de su corazón significa para ellos protección y seguridad. No olvide hablarle mientras le acaricia cariñosamente, el bebé es una persona que necesita de su afecto para seguir creciendo.