¿Sobreprotegemos a Nuestros Hijos?

Sujeta a Licencia Creative Commons de Atribución. Autor: catirebcn 

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adm834ha
martes, 22 abril, 2008
nino bici

Los tiempos no son como antes. Hace veinte años los niños montaban en bici, se caín y tenían heridas. Ahora los niños además de montar en bici van recubiertos de rodilleras, muñequeras, casco, etc. ¿Sobreprotegemos a nuestros hijos?

Las madres, empeñadas en querer siempre lo mejor para sus hijos y especialmente sensibles en que no les ocurra nada malo, los vigilamos bien de cerca llegando a veces incluso a coartar su libertad.

Nadie a dicho que ser madre sea fácil, más bien todo lo contrario, y muchas veces nos asaltan las dudas; quizás haya llegado el momento de preguntarnos seriamente: ¿educamos o sobreprotegemos a nuestros hijos?

Muchas son las madres que se sienten totalmente responsables de lo que a sus hijos les pueda ocurrir, que tienen miedo de que algo malo les pasara, incluso se sentirían culpables si esto llegase a ocurrir. Otras, piensan que la vida es muy dura, por eso ahora que son pequeños les proporcionan un camino de rosas, sin ninguna dificultad. Y un tercer grupo se ciega en ver a sus hijos siempre pequeños, no los creen capaces de realizar las cosas por sí solos.

Atormentan a sus hijos indicándoles todas las cosas que pueden ser peligrosas, y les dicen lo que deben y no deben hacer en todo momento. En definitiva, que se lo dan todo "fácil", impidiendo, sin darse cuenta, el desarrollo de su autonomía personal.

Todas queremos lo mejor para nuestros hijos, pero si incurrimos en este error lo que haremos es favorecer en nuestros retoños una valoración pobre e incluso negativa de sí mismos. Estaremos formando seres inseguros, carentes de habilidades sociales y con poca independencia.

Si realmente nos preocupa su educación, deberemos velar por su seguridad pero a la vez que formamos seres cultos y libres. A los niños hay que dejarlos que experimenten y se desenvuelvan en su entorno por sí solos, así favoreceremos su autonomía y su responsabilidad.

Hay que dejar que se equivoquen, para que puedan aprender también de sus errores, pero sin evitar las consecuencias, es importante que aprendan a superar las frustraciones. Por supuesto, siempre habrá que elogiar sus esfuerzos, y felicitarle cuando haga algo por sí solo sin la ayuda de ningúún adulto.

Si queremos ser buenos padres, debemos exigir a nuestros hijos todas las habilidades de autonomía personal y social correspondientes a su edad.

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