

El plan nutricional de cualquier embarazada ha de ser equilibrado. En él no deben faltar alimentos básicos como frutas, vegetales, pescado, huevos, productos lácteos, grasas e hidratos de carbono. Es habitual que la futura mamá note cansancio, situación que se agrava en los meses cálidos del verano, por lo que su organismo necesita nutrientes que le aporten energía.
Durante el primer trimestre del período de gestación, la mujer necesita ingerir ácido fólico. El zumo de naranja, los vegetales verdes, la fruta o el arroz son algunos de los alimentos que lo contienen. Incluso es habitual que su ginecólogo le recete algún comprimido de ácido fólico que complemente su dieta. Así mismo es aconsejable no ingerir vitamina A (soja, alubias, frutos secos, etc) en exceso.
También es importante llevar una alimentación rica en hierro, calcio y zinc. Para ello son buenas las lentejas, los productos lácteos, las espinacas, el pan integral y el té. Lo ideal es que la mujer embarazada lleve una dieta variada y equilibrada que contribuya al desarrollo óptimo del bebé.