

También crece día a día el cerebro del bebé, con los característicos surcos y arrugas, que permiten una mayor cantidad de tejido cerebral en el bebé en desarrollo, que se prepara para la vida fuera del vientre materno, y a partir de ahora, puede regular su propia temperatura corporal y empezará a producir lanugo, un vello corporal blanco y fino, con la finalidad de mantener una temperatura tibia.
En poco tiempo gran parte del lanugo comenzará a desaparecer. Sin embargo, es posible que puedan verse algunos restos de pelo en la espalda y hombros del recién nacido. Otro gran cambio a las 30 semanas de embarazo, es la médula de tu bebé, que se ha hecho cargo de la producción de glóbulos rojos, que hará que el bebé sea capaz de prosperar una vez nacido.
En estos días, la madre puede sentir acidez, que es una de las dolencias más comunes y molestas del embarazo, por causa de las hormonas del embarazo. El bebé también relaja el anillo muscular, que separa el esófago del estómago. El resultado es que los alimentos y los jugos digestivos pueden dirigirse desde tu estómago a la garganta, eso sumado a la presión que ejerce el útero sobre el estómago.
Otros síntomas que puede sentir la madre son los siguientes:
- Fortalecimiento de la actividad fetal de tu bebé, por lo que podrás sentir a tu bebé como se mueve.
- Sensación de hinchazón.
- Estreñimiento y flatulencia, por lo que deberás de beber mucha agua e incluir mayor cantidad de fibra en tu dieta.
- Desmayos o mareos ocasionales.
- Estrías, a medida que crece tu vientre.
- Sangrado de encías, por causa de las hormonas del embarazo.
- Fatiga
- Hinchazón de pies y tobillos.
Fuente Imagen ThinkStock.