

Desde hace 20 años se estudian en las universidades del mundo patrones musicales y se observa el efecto que producen en la estructura del cerebro en desarrollo del bebé en gestación, entonces los obstetras y las obstétricas comenzaron a recomendar a las embarazadas que escucharan regularmente música tranquila y relajada.
Lo cierto es que se ha comprobado que los bebés prefieren, cuando crecen, la música que oyeron en el vientre materno.
Además el coeficiente intelectual aumenta en los niños que reciben instrucción musical regularmente; que la música alivia el estrés, favorece la interacción social, estimula el desarrollo del lenguaje y mejora las habilidades motoras de los niños pequeños.
La música de Mozart posee propiedades únicas por lo que funciona mejor que la de otros compositores. Esta música produce un efecto que relaja a los bebés y los mantiene atentos los mantiene atentos al mismo tiempo, siendo este el mejor estado para el aprendizaje.
Poniendo esta música a a nuestros hijos les estamos dando la posibilidad de crecer y aprender rodeados de música y les estamos dando un legado invaluable para su desarrollo.