

Mientras más tiempo esté en contacto el bebé con sus padres, más querido se sentirá. En gran cantidad de ocasiones se escucha a algunas personas decir que es malo que un niño muy pequeño esté mucho tiempo en brazos porque “se mal acostumbra”. Eso es completamente falso. El contacto es esencial para que el pequeño reconozca a su papá y a su mamá, y pueda sentir la tranquilidad que sólo brinda el cariño de sus progenitores.
Otro punto importante para la autoestima de los niños son las demostraciones de cariño de forma verbal. Es decir, que siempre hay que hacerles saber cuánto se los quiere. De este modo, se sentirán gratificados y además aprenderán a expresarles su amor a los demás, ya sean sus padres, amigos u otros familiares.
La conversación es otra arista más que relevante en esta cuestión. Para aprender a expresar las emociones hay que saber escuchar. Los padres deben prestar el ejemplo sentándose junto a sus hijos para hablar sobre los temas que más los inquietan. Así, los más pequeños se sentirán contenidos al ver que sus progenitores se preocupan por saber cuáles son sus dudas, inconvenientes e ideas.
Por último, la promoción de actividades también es muy importante para la autoestima de los niños. Cuando los pequeños ven que sus padres se interesan en las tareas que desean realizar, se sentirán animados y aprenderán a poner su mejor esfuerzo para lograr los objetivos que se encuadran en cada una de ellas.
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