El ombligo del bebé sale hacia el exterior a menudo cuando el bebé realiza un esfuerzo, como toser o llorar, pero a veces también sucede cuando el bebé está acostado y en silencio.


A diferencia de otros tipos de hernias, una hernia umbilical no produce dolor y el único síntoma es que el ombligo del bebé a veces se hincha o se sale hacia afuera: en raras ocasiones, una hernia umbilical puede llegar a ser estrangulada y esto sí puede llegar a ser doloroso, y cuando se empuja suavemente hacia dentro, no se reduce. Los bebés que padecen estos síntomas, deben de recibir atención médica inmediata.
Si un bebé tiene una hernia umbilical, la mayoría de los médicos recomiendan que no se haga nada, ya que la mayoría se cerrarán por sí sólas. A medida que los niños crecen y los músculos de la pared de estómago se hacen más fuertes, por lo general la hernia se va reduciendo, y el bulto desaparece, pero no ocurre antes de la edad de un año, y en ocasiones hasta que el niño tiene cuatro o cinco años de edad.
Aunque suele ser raro que suceda, si la hernia umbilical causa problemas, se vuelve dolorosa y no puede volver a colocarse en el abdomen, el niño tiene que ser revisado por un médico urgentemente.
Si no se cierra por sí misma,puede ser necesaria una cirugía si la aparición provoca malestar a los niños, cuya operación es simple y rápida, y por lo general el niño no tendrá que permanecer en el hospital más que unas pocas horas, pero no se recomienda antes de que el niño cumpla cuatro o cinco años.
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