Después de que el cordón umbilical se corta al nacer, se mantiene unido al ombligo de tu bebé un muñón de tejido, que se va secando poco a poco hasta que se cae; generalmente tarda de 1 a 2 semanas después del nacimiento. Es importante mantener el muñón del cordón umbilical y la piel de alrededor limpia y seca, para prevenir la infección.
Se debe limpiar suavemente el muñón del cordón umbilical y la piel que lo rodea al menos una vez al día, con un algodón mojado en agua tibia y jabón o mediante una gasa impregnada de alcohol. Debes de retirar las sustancias pegajosas o sucias y secar el área con un paño suave.
Puedes ayudar a que el muñón del cordón umbilical se caiga y sane más rápido, debes de mantenerlo seco entre las limpiezas; es imprescindible mantener el pañal doblado por debajo del muñón del cordón umbilical o cortae el pañal, para que el muñón quede expuesto al aire y libre de que se irrite por la orina. Deberás de poner cuidado a la hora de bañar a tu bebé, manteniendo el muñón fuera del agua, hasta que se caiga y se cure.
Será necesario que llames al médico si el bebé presenta alguno de los siguientes síntomas:
Llame al médico de su bebé si usted ve los signos de una infección. Estos signos incluyen:
– Si la zona del ombligo presenta líquido después de caerse el muñón.
– Si existe pus en el muñón o la piel de alrededor se encuentra enrojecida y sensible.
– Si el bebé presenta fiebre.
– Si existe hinchazón y humedad en el ombligo de tu bebé que dura más de 2 semanas después de que el cordón umbilical se haya caído; este tejido extra se denomina granuloma umbilical.
– Si después de caerse el muñón, el tejido de alrededor del ombligo tiene desplazamiento hacia delante y debe ser revisado, para descartar que sea una hernia umbilical.
Fuente Imagen: premasagar/flickr