Además, el primer baño no sólo constituye una sesión de higiene, sino un momento especial para ti y para el bebé, en las que ambos, podréis disfrutar de ese momento.


Procura disponer de una bañera lo más sencilla posible para tu bebé y ubícala en un cuarto donde no haya corrientes, pero que tenga suficiente espacio para disponer de un área donde colocar el cambiador de tu bebé para vestirle y desvestirle.
Utiliza un jabón hipoalergénico especial para bebés, que cuide su piel y un aceite hidratante para después del baño, así como, bastoncillos adecuados para tu bebé,es decir, que no suelten fibras, para limpiar su nariz y oídos y el material necesario para la limpieza de sus ojos. De igual forma, debes de disponer de toallas grandes y pañales.


Con 25 o 30 centímetros de agua en la bañera del bebé, serán suficientes para irle mojando adecuadamente por todo su cuerpo, manteniendo su brazo, por debajo de su cuello, a la vez que sostienes su cuerpo por la espalda para evitar que se hunda y la temperatura del agua debe de estar entre 26 y 27ºC. El primer baño no debe de durar más de cinco o siete minutos, que podrás ir alargando progresivamente en las siguientes sesiones.
Procura comenzar por las partes más limpias y siempre de arriba hacia abajo, dejando la cabeza para el final que es lo que menos les gusta y limpia con la ayuda de un bastoncillo, los oídos y la nariz y con una bola de algodón, los ojos, siempre desde el lagrimal hacia el borde, para extraer la suciedad.
Imagen de: mundobebe