

Según datos del Ministerio de Sanidad y Consumo de España, sólo el 7,5% de los niños y niñas españoles toma un desayuno equilibrado, es decir, el compuesto por leche, fruta o zumo, e hidratos de carbono.
El desayuno es, tanto para niños como para adultos, la comida más importante del día pues supone un cuarto de las necesidades nutricionales. Pero en el caso de los niños, tomar un desayuno equilibrada previene la obesidad infantil. Además, cuando un niño no desayuna bien no cuenta con la energía y la vitalidad suficientes para afrontar el esfuerzo físico e intelectual que requieren las actividades escolares.
Un mal desayuno, sólo compuesto por un vaso de leche, o de leche y cereales provoca que a media mañana los pequeños requieran un aporte extra de energía para lo que suelen recurrir a la bollería y a los productos de alto contenido en azúcar y ácidos grasos, lo que incrementa los riesgos de sobrepeso y obesidad infantil.
Por ello, el desayuno ideal debe incluir:
- Lácteos: leche, yogur, y/o queso
- Cereales: galletas, pan, copos, entre otros
- Grasas: aceite de oliva, mantequilla o margarina
- Frutas o Zumo
- Otros: mermelada, algún fiambre, miel, etc.
Cuando el desayuno aporta por lo menos 3 alimentos de los citados arriba, con toda seguridad, contribuirá a que los niños tengan más energía y más fuerza para desarrollar las actividades que les exijan. Todo es una cuestión de hábito. Si desde la más temprana edad los niños son acostumbrados a desayunar bien, su organismo se habituará a esta costumbre, y le exigirá un buen desayuno todos los días, y ellos se sentirán satisfechos. Y la familia estará previniendo lo que hoy es una preocupación mundial de los expertos de alimentación: la obesidad infantil.
me encanta tu blog! yo recuerdo que de pequeña venia al colegio una chica que nos preguntaba que habiamos desayunado, y cuando alguien decia «nooo…he salido de casa sin desayunar…» pues llamaba a los padres. creo que eso se deberia volver a hacer. Es,como tu bien dices algo imprescindible!
saludos!