

La llegada del bebé a casa es todo un caos. A partir de ese momento todo gira entorno a él incluídos horarios y rutinas. Pasear con él será un hábito más adquirir con su entorno. Los ventajas son numerosas y beneficiosas para todos. Es conveniente que el bebé inicie sus paseos a partir del primer mes de vida. Pasear en la calle con el bebé ayuda a su cuerpo a adaptarse a los cambios de temperatura, lo que le permitirá autorregularse. Aunque siempre, si es necesario, todos os abrigueís convenientemente.
Dar largos paseos ayudan a la madre a recuperarse del embarazo. Es una manera de recuperar su forma física tras las molestias del parto. El paseo mejora la circulación y contribuye a eliminar líquidos. La recién estrenada mamá vuelve a recuperar su vida y su rutina junto al más pequeño de la casa. Sin embargo, no sólo ella debe hacerlo. Es conveniente que ambos progenitores y si hay más hermanos, dediquen un tiempo diario a pasear con el bebé.
Podemos pasear con el bebé en cualquier momento del día. Un buen paseo estimula los sentidos del más pequeño: sonidos, olores, texturas... empezarán a formar parte de su memoria y así contribuir al desarrollo de su cerebro.