

Nunca dejes a los niños solos cerca ni dentro de la piscina. Es importante que ellos sepan que no deben acercarse a la piscina sin un adulto. Durante el baño deben llevar puesto flotadores y otros artículos acuáticos de seguridad homologados. Cuando su baño acabe, retira todos los juguetes que hayan podido quedar en la piscina, para evitar que intenten alcanzarlos.
Si posees una piscina privada, antes de comenzar la temporada de baño debes tomar una serie de medidas preventivas que te anticipen a las posibles acciones de los más pequeños. Instala una valla alrededor de la piscina para separarla del resto del jardín y evitar que caigan durante alguno de sus juegos. Dentro de la zona de piscina no se corre, para eso está el resto del jardín. La cerradura de la puerta de entrada a la zona de la piscina, debería ser más alta de la altura de un niño y el sistema debería ser de autocierre. A ambos lados de la piscina, instala kits de salvamentos, como salvavidas, para poder actuar rápidamente en caso de necesidad.
A pesar de todas estas medidas, es importante que el niño aprenda a nadar desde pequeño, para sentirse más suelto en el medio, aunque no garantice su total seguridad. No hay que olvidar que el hecho de que un niño nade, no significa que ya esté totalmente seguro en una piscina. Las clases de natación ayudan a mantenerlos a flote, pero no a prevenirlos ante una situación de pánico.