

Los ejercicios se pueden adaptar en cada etapa del embarazo, además no incrementarán la presión sobre las articulaciones o la espalda; de hecho, esta última se fortalecerá al igual que el estómago y los músculos de alrededor de la zona de la pelvis, lo que permite que el embarazo, parto y recuperación, sean más fáciles.
En el primer trimestre, los cambios hormonales en el cuerpo pueden hacer que te sientas agotada y con náuseas, pero el ejercicio suave, incluso se puede hacer mientras estás acostada en la cama; te ayudará a energizar el cuerpo y te harán sentir mejor física y mentalmente, ya que las técnicas de relajación, tranquilizan el cuerpo y la mente.
El segundo trimestre es, para la mayoría de las mujeres, la parte más fácil del embarazo. Aunque el cuerpo está cambiando y en expansión, los niveles de energía son generalmente altos y se deben de aprovechar estos momentos, para maximizar los ejercicios y darle todas las ventajas para los meses venideros.
En el tercer trimestre, las mujeres tienden a sentirse pesadas e incómodas y las hormonas destinadas a aflojar las articulaciones de la pelvis pueden causar dolor de espalda. El peso adicional del bebé puede desplazar su centro de equilibrio, las piernas pueden hincharse y desarrollarse venas varicosas. Los ejercicios de Pilates en el embarazo, fortalecen los músculos centrales, que conducen a tener una mejor postura y una buena circulación.
Durante el trabajo del parto, la mejora en el tono muscular y la buena circulación adquirida a través de la práctica de Pilates, también será de utilidad a la hora de dar a luz. Una mejor circulación permite un mayor suministro de oxígeno en el útero y esto es menos doloroso para el bebé y las técnicas de respiración utilizadas en el método Pilates, pueden ayudar con el control de la respiración durante el parto.
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