Ya son cuatro meses que te tengo dentro de mí y la ilusión y las ganas de verte pueden más que nada en este mundo, anhelo el momento de verte, de tocarte y de sentirte entre mis brazos, algo mío y de tu papá, que también espera con deseo tu llegada.
Siempre fuiste un bebé deseado, ¡eso nunca lo dudes!, aún recuerdo los planes, las ilusiones y el deseo de tener un hijo, de que llegará un nuevo ser a nuestra vida y junto a tu hermanito, formarás parte de la familia.
Aunque aún queda tiempo para verte, te siento dentro de mi, como te mueves, la señal de que estás ahí, que estás vivo y sé que deseas llegar, deseas conocer a tus papás y nosotros a tí, de darte lo mejor, de querete y de enseñarte a caminar poco a poco por este mundo.
Todavía, llegan recuerdos a mi mente del momento en que tu hermanito llegó al mundo, su piel sonrosada, sus pequeñas manitas y su potente llanto, que daba fé de que estaba ahí y poco a poco fue creciendo un niño sano, feliz y lleno de vida. Ha habido altibajos sí, pero han valido la pena los sacrificios y dolores de cabeza, por verle salir adelante.
Ahora tú, cada día queda menos para vernos y que conozcas a toda tu familia, a tus abuelos, a tus tios, atus primos y que vayas caminando seguro por la vida, bajo nuestro abrigo, que no sufras, que no te falte nada y que siempre puedas caminar seguro por esta vida.
Pienso y además creo, que serás todo carácter, ¡no hay nada más que ver a tu hermanito!; sólo espero, que no tengas problemas para llegar, que todo salga bien y quiero que sepas y que no olvides, que aunque no estás, ya te queremos y te esperamos con ansia para llenarte de besos.
Imagen de: datosparamujeres