Cómo influyen las infecciones en un parto prematuro

26 febrero 2010 | Por maria duque

El 8% de los partos que tienen lugar en nuestro país son prematuros, es decir, se producen antes de la semana 37. El 1% tiene lugar antes de la semana 32, cuando el bebé tiene un peso inferior a 1,5 kilos.  Una de las formas más importantes de reducir estas cifras es prevenir las infecciones, que son responsables de la mitad de los partos prematuros. La vaginosis bacteriana se convierte así en uno de los principales peligros en este sentido. Debido a esta infección, los lactobacilos dismunuyen, con lo que estos microorganismos (suele sea la Gardenerella vaginalis) pueden ascender por el canal cervical y llegar hasta las membranas y la placenta. En casos muy raros, puede llegar al líquido amniótico e incluso al niño.

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Una de las formas más importantes de reducir estas cifras es prevenir las infecciones, que son responsables de la mitad de los partos prematuros. La vaginosis bacteriana se convierte así en uno de los principales peligros en este sentido. Debido a esta infección, los lactobacilos dismunuyen, con lo que estos microorganismos (suele sea la Gardenerella vaginalis) pueden ascender por el canal cervical y llegar hasta las membranas y la placenta. En casos muy raros, puede llegar al líquido amniótico e incluso al niño. En la mayoría de las mujeres, esto no produce síntomas, no se manifiesta con los signos de las infecciones normales (picor, escozor...) sino con pérdidas amarillentas y blanquecinas y un olor desagradable. Esta es la única infección vaginal para la que está demostrado que es muy eficaz un screening precoz anterior a la semana 16. Una detección a tiempo es fundamental para evitar que se adelante el parto, igual que sucede con el caso de las infecciones de las vías urinarias. En estas últimas, la infección por estreptococo B está relacionada con una incidencia de parto prematuro del 38%, una cifra bastante alta. Sin embargo, con un tratamiento adecuado, se reduce la cifra hasta un 5,4%. Y es que estas infecciones hacen que las bacterias asciendan por el canal cervical, pudiendo hacer que el tamaño de las membranas se haga más fino, con lo que pueden romperse (en este caso, el parto es inevitable) Pero además, la infección puede hacer que se activen las prostaglandinas, que desencadenan las contracciones, un proceso que una vez iniciado, como mucho se puede postergar entre 24 y 48 horas. Imagen de Emery Co Photo sujeta a Licencia CC

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