Debemos tener presente que no todos los niños necesitan comer la misma cantidad, ya que según su estructura física y sus actividades requerirán diferente valor calórico. Por eso, es aconsejable que la dieta sea verificada por un profesional o un nutricionista, quien te dirá la cantidad de calorías que necesita tu hijo.
Puede pasar que un día deje de comer debido a diferentes razones:
1) Algunas de ellas pueden ser por causas psicológicas, por ejemplo, cuando llega un nuevo hermanito y sientan celos o puede pasar que esté por manifestarse una nueva enfermedad. Normalmente, cuando pasa este problema los pequeños recuperan el apetito.
2) Otro de los motivos por los cuales los niños dejan de comer es cuando la mamá vuelve a su trabajo, en estos casos no comen bien durante el día pero, en cambio, sí lo hacen adecuadamente durante la noche cuando ella está presente. No debemos caer en el error de sentir la inapetencia como un agravio personal. Es normal que las madres se sientan culpables cuando tienen que salir a trabajar y ven que los niños no comen bien.
Una buena alternativa es bajar las porciones, dándole menos cantidad de comida pero de manera más frecuente. Es preferible que coma menos cantidad dividida en cinco o seis raciones.
También es aconsejable alargar un poco más la lactancia. Esto le dará a tu hijo un alimento completo y nutritivo.
Dale a probar diferentes verduras y frutas, que contengan grandes cantidades de fibra y pocas calorías. Es aconsejable empezar con pequeñas cantidades y no se sientan agobiados. Recordemos que el estómago de los pequeños no tienen capacidad para grandes cantidades de alimentos.
Si le das un biberón durante la noche, mientras duerme, seguramente cuando despierte no comerá bien. Por eso es importante respetar las horas de sueño del bebé.
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