Debemos tener presente que cuando un niño o niña nace, lleva 9 meses en el vientre de su madre esto equivale, aprox., a unas 6.88O horas que no se ha despegado de ella y ha formado un vínculo profundo que le brinda estabilidad, tranquilidad y seguridad; por lo cual no podemos pretender cambiarlo en unos pocos días.


Al momento de nacer ya se produce una separación que es la primera lección de independencia en su vida. Si bien es cierto que en determinados casos pueden dormir con los padres para poder ser vigilados por enfermedad o cualquier otro desequilibrio pasajero, también es cierto que lo mejor es que gradualmente vayan adaptándose a su propia habitación y a conciliar el sueño en su propia cama.
Para poder lograr este objetivo ciertos aspectos pueden ser de gran utilidad:
- Dormir con los padres puede acarrear un riesgo de ahogamiento o caídas. Por tanto es mejor acondicionar su cama según la edad, las barandillas son muy útiles.
- Se deben llevar a su cama sin hablar, ni discutir. Todas las veces que sean necesarias. Será tan agotador como enseñarles a sentarse a la mesa o a que usen las servilletas, pero hay que ser constantes y perseverantes. Mejor si se hace comenzando un fin de semana o en vacaciones de tal forma que los padres no tengan la presión de ir a trabajar al día siguiente.
- Fijar una hora para irse a la cama es indispensable. De esta manera se crea una rutina diaria que le permitirá prepararse psicológicamente.
- No deben tener TV en su habitación. Es una mala costumbre dormirse con la TV ya que no le permite descansar adecuadamente. En cambio una música relajante o la lectura de un cuento antes de dormir es muy beneficioso y le demuestra seguridad de que todo estará bien.
- Es mejor que siempre duerma en la misma habitación para facilitar la adaptación.
- Cuando el niño o la niña descansan en su habitación y no en la de sus padres también aprenden a que estos tienen una vida privada que respetar. Si los padres están separados, se recomienda que sigan los mismos horarios en ambas casas.
El sueño y el descanso son fundamentales para mantener buenos niveles de salud mental y psíquicas. La paciencia y la constancia harán posible que toda la familia pueda lograr este objetivo a la mayor brevedad posible.
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