

Esta reacción del bebé tiene que ver con el cambio en su percepción: se da cuenta de que no es una parte de ti, sino que es independiente, lo que hace que se sienta vulnarable. En este sentido, que suceda esto es algo positivo, porque quiere decir que tu bebé está madurando.
Muchas veces, el miedo a los desconocidos va seguido del miedo a la separación: antes no lloraba al quedarse en la guardería y ahora lo hace en cuanto te ve salir. Y es que el bebé va desarrollando el concepto de permanencia, y se hace consiente de que las cosas o las personas siguen existiendo aunque él no las vea. Además, no tiene una concepción lineal del tiempo, por lo que no sabe si vas a volver ni cuando, algo que, para la mente de un bebé, es algo terrible.
Lo mejor que puedes hacer para ayudarle a superar esta etapa es ser paciente y no forzarle demasiado, para que pueda superarla antes. Desde el blog de bebés, te damos algunas pautas que te pueden venir muy bien:
- No le obligues a estar en brazos de quien no quiere, lo más posible es que si no lo obligas, sea él mismo quien al rato, se acerque al desconocido.
- Mientras dure esta fase, deja que te vea siempre: llévatelo a la habitación en la que vayas a estar, ponlo en la trona cerca de ti... La cuestión es que no pierda el contacto visual. Si tienes que desaparecer de su campo visual para ir un momento a una habitación, sigue hablándole y deja las puertas abiertas.
- Si tienes que dejarlo con alguien, procura que sea con alguien que le conozca bien. Si la experiencia de la separación es positiva, seguro que la próxima vez que tengas que dejarlo con alguien, es menos traumática.
Y sobretodo, ten paciencia. Al fin y al cabo, es una etapa que acabará pasando.
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