

Para algunos niños, hay datos fácilmente identificables que explican la razón por la cual existe el rechazo a la escuela, como son el poder ser intimidados, una muerte en la familia, o un cambio de domicilio. A raíz de uno de estos eventos, sobre todo si se asocian con el deseo del niño, de querer quedarse en casa con sus padres durante algún tiempo, el niño puede no querer ir a la escuela más.
A pesar de la negativa de no querer acudir a la escuela, también se ha asociado tanto con el trastorno de ansiedad por separación y fobia social; la forma más sencilla de verlo es pensar que la negativa de ir a la escuela está asociada a la angustia emocional, la ansiedad y la depresión en particular.
El rechazo a acudir a la escuela es más común en niños que tienen entre cinco y seis años, cuando apenas están comenzando la escuela y en su primer año, cuando acuden a la guardería, también es común en niños en edad escolar que tiene alrededor de 10 a 11 años de edad, hacia el final de los últimos años de la escuela primaria.
Además de tener rabietas y llanto, los síntomas que pueden presentarse en los niños cuando no quieren ir a la escuela, pueden incluir: dolores de estómago, dolores de cabeza, náuseas, mareo, dolor de pecho o en las articulaciones; así como aumento de peso, fiebre, diarrea, vómitos, ansiedad, pudiendo aparecer otros síntomas como pesadillas, comportamiento pegajoso, fobias o preocupación excesiva.
El objetivo principal en el manejo del rechazo a la escuela, es lograr que los niños regresen cuanto antes; es por ello que será recomendable visitar al pediatra, lo cual puede ayudar a asegurar que tu hijo no tiene una condición física que cause los síntomas.