Durante el periodo de gestación el útero crece estirándose. Durante los primeros meses de embarazo la placenta de implementación es baja, pero a medida que van pasando los días, el útero va creciendo y ‘tira’ a la placenta hacia la parte superior. Cuando ya se alcanza el tercer trimestre, la placenta debe estar cerca de la parte superior del útero, dejando la abertura del cuello uterino libre para el parto. El problema es que en ocasiones la placenta se queda en la parte inferior del útero cubriendo la abertura parcial o totalmente.
La placenta previa puede ser: marginal (la placenta se encuentra contra el cuello uterino pero no llega a cubrir la abertura), parcial (la placenta cubre parte de la abertura cervical), completa (sucede cuando la placenta cubre totalmente la abertura cervical).
Esto sucede en 1 de cada 200 embarazos y es más común en mujeres con un útero que está mal desarrollado, embarazos previos, embarazos múltiples, cicatrización de la pared uterina provocada por cesáreas o diferentes cirugías uterinas.
Otro de los factores que pueden causar la placenta previa es el hecho de fumar o cuando ya tienen niños mayores.
Síntomas de la placenta previa: entre los más comunes se encuentra el sangrado vaginal súbito e indoloro, normalmente suele pasar cuando se llega al final del segundo trimestre. En algunos casos las hemorragias es severa.
Otro síntoma son los calambres uterinos.
Para su diagnóstico se puede realizar una ecografía. El tratamiento que se debe realizar dependerá del sangrado que se tuvo, el grado de desarrollo del feto o posición del feto, si se está en trabajo de parto.
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