

Jakob y Wilhem Grimm eran dos hermanos alemanes que apenas se llevaban un año de edad. Al llegar a la universidad empezaron a sentir curiosidad por los cuentos de tradición oral de su región. Pronto empezaron a recopilar y elaborar estos con gran exhaustividad.
Aunque parezca mentira, en un principio, los hermanos Grimm no concebían a sus cuentos como infantiles y se vieron obligados por la sociedad a censurar algunos detalles demasiado explícitos para menores.
Algunos de los cuentos infantiles de los hermanos Grimm son Blancanieves, La Cenicienta, Hänsel y Gretel o Juan Sin Miedo. Sus primeras recopilaciones tuvieron un reducido éxito pero poco a poco iban ganando lectores. Paralelamente, los hermanos Grimm iban completando sus textos. Durante el siglo XIX sus relatos estaban prohibidos por algunos maestros por ser demasiado crueles con los malos del cuento. Por ejemplo en Blancanieves, originalmente la madrastra era obligada a ponerse unas zapatillas de hierro incandescentes y así morir abrasada.
No hay duda que la colección de cuentos infantiles de los hermanos Grimm son muy importantes en la cultura mundial. Sus relatos, más de 200, han sido traducidos a más de 160 idiomas y su fama no ha dejado de crecer desde sus orígenes. No obstante, mucho le deben a Walt Disney, una de las factorías de dibujos animados que más han adaptado sus escritos.