Este es el primer sacramento que reciben los niños para hacerlos parte de la vida cristiana. Mediante el bautismo los pequeños pasan a ser hijos de luz. Es muy importante que reciban este sacramento si los padres piensan seguir realizando otro tipo de prácticas religiosas como, por ejemplo, la primera comunión. Los niños que no están bautizados no pueden tomar la primera comunión.
Durante el bautizo o bautismo se lleva a cabo un rito para entrar en la religión. En dicho rito se emplean diferentes símbolos. El sacerdote los bautiza echándoles agua bendita sobre sus cabezas para iniciarlos en el cristianismo.
Esta práctica se lleva adelante desde hace miles de años. Es una forma que tienen los cristianos de purificar su alma. Se emplea agua, ya que esta es fuente de vida. Bautizar a un pequeño es darle la posibilidad de tener un ámbito religioso desde pequeño. En el futuro las personas podrán elegir si siguen por este camino religioso o prefieren otra alternativa.
Dentro del bautismo católico se emplea una técnica denominada ‘infusión’, en la cual se derrama agua en la cabeza. Mientras esto se hace, el sacerdote invoca a tres personas que conforman la Santísima Trinidad (padre, hijo y Espíritu Santo). Con el bautizo se borra el pecado original que todas las personas tenemos al nacer.
Dentro de la Iglesia ortodoxa (o Iglesia de Oriente) se emplea la inmersión, en primer caso total y después parcial del pequeño bautizado. Dentro de las doctrinas protestantes se pueden llevar adelante diferentes formas: aspersión o inmersión del pequeño o pequeña.
Bautizar a un retoño es un gran acto de fe y para los católicos es darle una buena posibilidad a sus hijos para que cuenten con un entorno religioso. Dentro del bautismo se designan padrinos (un padrino y una madrina) que serán los encargados de guiar al pequeño dentro de la vida católica.
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