

La ecografía se basa en la interacción de ondas sonoras de alta frecuencia, que nosotros no podemos oír. Estas ondas se trasmiten gracias al uso de un artefacto especial, mediante el cual se puede generar imágenes que se visualizan en una pantalla.
Al no emplear ningún tipo de radiación ionizante es una prueba altamente segura que no tiene consecuencias. Para efectuarla se debe colocar una sonda sobre el abdomen o mediante vía endovaginal, este método solamente se usa en algunas circunstancias especiales, tiene la ventaja de evitar que la paciente deba tomar una importante cantidad de agua antes de realizar el estudio, aunque puede generar alguna molestia o incomodidad.
Gracias a las ecografías se puede saber datos como la situación, forma y estructura del útero, del cuello uterino trompas de Falopio, ovarios y vagina. Desde su aparición ha generado una revolución en el control de los embarazos, haciendo más fácil conocer datos del embrión, anatomía y fisiología fetal. El ultrasonido permite precisar con mucha exactitud el bienestar del bebé.
Una ecografía realizada durante el primer trimestre nos permite confirmar el embarazo y la normalidad, además de establecer la edad gestacional. A las cuatro semanas y media de la ausencia de la menstruación existe la posibilidad de ver lo que sucede en el interior del útero para verificar si existe un embarazo.
A partir de la sexta semana se puede visualizar el latido del corazón, mediante el cual se puede determinar la vitalidad. En la séptima semana se puede medir la longitud del céfalo nalgas mediante el cual se calcula la edad gestacional con un margen de error muy chico.
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