

Sujeta a Licencia CC de Atribución. Autor: Daquella Manera
En esta sociedad acelerada, apenas hay tiempo para alimentar a un hijo recién nacido con leche materna. Pero como ésta es la mejor para el pequeño, y no hay que renunciar a ella, hoy os explicamos cómo congelarla y descongelarla. Para poder congelarla, como es obvio, primero hay que extraerla, y para ello desde Cosas de Bebés recomendamos: en primer lugar una correcta higiene con agua y jabón de las manos, senos y lo recipientes y utensilios a utilizar. También es muy positivo realizar un masaje circular en el pecho y realizar la extracción en un lugar tranquilo. Así como tener listas las etiquetas con la fecha de extracción para pegar en los recipientes. Para llevar a cabo la extracción se puede hacer de forma manual o utilizando un sacaleches, el cuál puede ser manual o eléctrico. Una vez extraída la leche, y si se quiere congelar se debe hacer inmediatamente después de su extracción. Es recomendable utilizar recipientes pequeños –el tamaño ideal es el equivalente al de una toma del bebé-. Para descongelarla se puede hacer de dos formas, lentamente o de urgencia. Para descongelarla lentamente primero hay que pasar el recipiente del congelador al frigorífico y una vez líquida calentarla a temperatura ambiente. Se puede observar que una vez se descongele la leche ésta se separará quedando en el fondo una parte aguada, una parte de leche y en la superficie una nata. En conclusión, hay que agitar el recipiente para que la leche se homogenice. La leche descongelada de esta forma aguanta a temperatura ambiente alrededor de unas 4 horas, y 24 en el frigorífico. Para descongelarla con urgencia, se puede colocar el recipiente que contiene la leche bajo un chorro de agua fría hasta que quede líquida; y entonces ya se puede calentar. La leche descongelada por este método puede permanecer a temperatura ambiente poco más de una hora, por lo que debe usarse de inmediato o conservarla en el frigorífico durante 4 horas como máximo. Otras recomendaciones a tener en cuenta a la hora de congelar y descongelar leche materna son: Calentar la leche hasta la temperatura a la que será consumida por el bebé, nunca debe hervirse. Si para calentarla se usa el microondas hay que agitar bien la leche para uniformizar la temperatura; y siempre hay que probarla antes de dársela al pequeño. Tampoco se puede, una vez descongelada la leche, volver a congelarla. Hay que tirar la leche que sobra después de la correspondiente toma.