

- Retraso en el desarrollo: un niño está retrasado en el crecimiento, ya sea en altura o que no gana suficiente peso.
- Enfermedad por reflujo gastroesofágico, con síntomas de dolor, irritabilidad, llanto constante o repentino después de comer, vómitos frecuentes después de comer, que pueden durar más de una hora, naúseas, incapacidad para dormir bien, eructos, poco aumento de peso o pérdida de peso.
- Heces líquidas o estreñimiento, o alternancia entre los dos.
- Heces con olor fétido.
- Inapetencia.
- Vientre hinchado y gases.
- Erupciones en la piel.
- Irritabilidad.
Si bien no se puede decir que la lactancia materna proviene de la enfermedad celíaca, un estudio señala la probabilidad de que la lactancia materna durante 4-6 meses o más, puede ser beneficiosa en la prevención de la enfermedad celíaca, debido a la presencia de anticuerpos en la leche.
Muchas madres se preguntan si el gluten pasa a través de la leche materna. Según un estudio al respecto, con una dieta sin restricciones, es decir comiendo gluten, se han encontrado altos niveles de gliadina, una proteína que es parte del gluten.
Si tu bebé tiene problemas, un pediatra puede recomendar que la madre cambie su dieta para eliminar los productos lácteos, cítricos, huevos entre otros alimentos, pero también los productos que contienen gluten, ya que algunos bebés que padecen "cólicos", luego son diagnosticados como celíacos.
Esos bebés probablemente tenían malestar estomacal o dolor, pero si bien no hay evidencia médica sobre los efectos del gluten en la leche materna, hay evidencia anecdótica, como madres que llevaron una dieta sin gluten y vieron cambios en el comportamiento de sus bebés, en los patrones de sueño y en los movimientos intestinales, por lo tanto, si tu bebé sufre de gases, malestar, está irritable o triste, deberás considerar si el gluten es el culpable.
Fuente Imagen: kellynphillong/flickr