Cuando hablamos de la segunda semana nos estamos refiriendo a una etapa en la que quizás no sepas que estás embarazada.
En esta fase, en lugar de feto, el nombre correcto con el que lo debemos llamar al retoño es embrión, el mismo está formado únicamente por cabeza, tronco y una cola rizada.
Durante la segunda semana se empiezan a desarrollar las ‘bases’ de lo que serán sus órganos, cómo será su sistema nervioso y los rasgos generales, por tal motivo es muy importante que te cuides desde un principio, por más que el embarazo en esta etapa no es visible ni notorio, pero sí es fundamental.
En esta semana comienzan a aparecer dos pequeñas cavidades oculares y se empiezan también a formar las orejas. También se va tomando el lugar que luego será ocupado por diferentes órganos como los riñones, pulmones, intestinos, huesos, músculos y el sistema digestivo.
Comenzará a aparecer el tubo neural, que en un principio estará al descubierto sin los huesos ni el recubrimiento que luego permitirá que se convierta en su cerebro. Esta aparición se hace en paralelo con la médula espinal, el sistema nervioso y su columna vértebral. Parece mentira cómo en pocos días los cambios son tantos para tu embrión.
Pero, no es este último el que cambia únicamente, sino que la placenta también experimentará algunas modificaciones. El volumen de sangre aumentará notablemente para poderle brindar al feto el oxígeno necesario.
También tendrás cambios, tu estrógeno se incrementará dándole señales de tu reciente embarazo. Tu útero empezará a cubrirse para poder implantar el huevo y empezar a crecer la placenta que será la encargada de nutrir a tu hijo.
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