

Con ocho semanas de embarazo, mide entre 13 y 19 mm de longitud de la cabeza a la cola y toma un aspecto cada vez más humano. Se están formando los oídos y al final de la semana, comienzan a visualizarse los dedos; también se puede ver la médula espinal y comienzan a crecer las vértebras y costillas. Ya en la piel, se diferencian dos capas y se inicia el desarrollo de los músculos de todo el cuerpo.
A las nueve semanas alcanza una longitud entre 20 a 28 mm y ya se puede ver un parecido más razonable con el ser humano; se alargan los miembros y se van separando los dedos de las manos. También se distinguen bien sus orejas y ya está determinado su sexo.
La décima semana puede alcanzar hasta 10 mm más de tamaño y alcanzar un peso de 5 gramos, siendo la última semana que se llamará embrión, para pasar a ser un feto. Su cabeza es muy grande y las extremidades dejan ver los codos y rodillas y se distinguen perfectamente los párpados. Se puede decir que está totalmente formado, tan sólo le queda crecer y especializar el funcionamiento de todos los órganos.
En la onceava semana el feto mide casi 5 cm ya que su esqueleto crece rápidamente y los huesos comienzan a solidificarse, los ojos se centralizan y se van diferenciando los genitales. Se va desarrollando el sistema nervioso y el cerebro y las terminales nerviosas se conectan mediante impulsos eléctricos.
En la semana siguiente, un poco antes de comenzar el tercer mes, puede alcanzar los 6 cm; además de definirse los dedos de las manos y pies, van apareciendo las uñas. El esqueleto crece cada día y va madurando el sistema nervioso y el latido de su corazón, se puede escuchar perfectamente por ultrasonido.
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