

Para prevenir es muy importante la observación. El peinado diario del cabello de nuestro niño con un peine de púas estrechas nos servirá para observar si hay uno. El pelo se debe lavar con frecuencia. Debemos lavar también los cepillos y los peines frecuentemente. Cada ciertos días hay que revisar el pelo, especialmente cerca del cuero cabelludo y poniendo más atención a la zona de las orejas y la nuca. Evita intercambiar con otros niños cualquier utensilio que toque su cabeza, ya sean gorros, peines, pinzas, gomas, etc.
Si ya se ha detectado un brote de piojos, acude a una farmacia y compra un producto antiparasitario. Empapa cuidadosamente el pelo de tu hijo en la loción y sin taparlo con una toalla deja que se seque. A las 3 o 4 horas, lava el cabello de tu hijo con un champú normal, o uno especialmente dedicado a estos fines. Por último, vuelve a lavarle la cabeza con agua con vinagre, para eliminar totalmente las liendres. Deja que se seque todo de forma natural y aclara el pelo. Una vez seco hay que quitarle los piojos bien a mano o bien ayudada de un peine con púas estrechas.
Revisa a todas las personas que han tenido contacto con el niño, por si hubieran quedado infectadas y lava todos los utensilios (peines, toallas, etc.) en loción antiparasitaria.
ES MUY BUENO
que p
ESTA ORRIBLE