Esto último puede ser causado por diferentes factores, entre los que se encuentra la dentición o algún malestar. En estos casos, no debemos preocuparnos, existen soluciones para que el bebé se mantenga alimentado correctamente pese a este cambio de actitud.
Un consejo que podemos darte es que frente al rechazo de ciertos alimentos puedas sustituirlos por otros, por ejemplo, si empiezan a rechazar la leche podrás ofrecerle un yogurt que le brindará la cantidad de calcio que necesita su organismo.


Cuando no disfruten más sus comidas habituales puedes cambiar las opciones por algunos que les resulten más apetecibles. Lo importante es no ceder ante caprichos de alimentos que no son del todo sanos. En estos casos es preferible que no coman que darles alguna comida que después los harán sentir mal.
Un punto muy importante es que en el momento de comer exista un clima agradable, esto será fundamental tanto para el pequeño como para el resto de la familia. Si estamos comiendo mientras miramos televisión podremos distraernos y no registrar lo que se come. El hecho de compartir una comida es una excelente oportunidad para compartir un momento familiar en el que el diálogo sea protagonista, esto debe aprenderse desde pequeños, que se incorpore a su vida de manera natural.
Como padres debemos enseñarles a los niños a disfrutar de la comida, sentarse en la mesa con su familia, adquirir buenos hábitos, hacer del momento un grato instante. Así, seguramente, tendrán más ganas de comer.
Deberás establecer horarios para las comidas, evitando el continuo picoteo que causará que a la hora de comer ya no tengan tanto apetito.
Las porciones deben estar relacionadas a su edad. Si le ofrecemos un plato repleto de alimentos se sentirá frustrado sintiendo que es mucho para ellos.
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