Cómo apoyar la socialización entre niños
11 agosto 2010 | Por sanchez montes
La socialización de los más pequeños es muy importante, pero ello no implica que deba arrojarse (en sentido figurado, claro está) hacia el mundo cuando todavía no está preparado en el ámbito emocional para relacionarse con los demás.
Desde que el pequeño nace se va acostumbrando a estar en compañía de diferentes personas que no sean sus padreas. Otros familiares, los vecinos o las amistades de la familia van enriqueciendo con sus visitas el carácter del niño. Sin embargo, la necesidad de estar en compañía de sus progenitores es real y no implica un mero capricho. Distintos psicólogos y sociólogos han estudiado el comportamiento de los más pequeños desde su nacimiento y concluyen que no es positivo que un niño de muy corta edad entre en contacto con sus pares, porque puede producirse una confusión emocional y el proceso de socialización no se concreta, ya que los más chicos tienden a ser muy individualistas mientras se conocen a sí mismos, lo cual está bien. La edad más adecuada para que una criatura comience a relacionarse con otros niños es, como mínimo, a los tres años. Es que a partir de esa edad el pequeño va madurando ciertos aspectos emocionales que lo llevan a no ser ciento por ciento dependiente de su papá o su mamá. Entonces es allí cuando comienza el verdadero proceso de socialización, ya sea en un parque, una guardería, un jardín de infantes u otros sitios similares. El niño estará preparado para socializar cuando ya se haya conocido a sí mismo. De este modo podrá mantener su estima en alto y podrá armar sus propios lazos con los demás chicos que tengan los mismos gustos o intereses. Así será él mismo quien decida con quien prefiere jugar, compartir un juguete o relacionarse. Entonces tiene que quedar bien en claro: no hay que apurar ni presionar al pequeño para que comience el proceso de socialización, porque el niño debe tomarse su tiempo para aprender a estar con sus padres, para luego ir gradualmente soltando algunos lazos emocionales en el camino de la vida. Imagen con licencia CC