

La sobreprotección es predominantemente una forma de pensar; es la creencia de que los niños no puedan superar las dificultades por sí mismos, y puede ocurrir en cualquier grupo socio-económico. Es más probable que ocurra en familias donde ha ocurrido una muerte o una tragedia.
Un niño sobreprotegido evita situaciones nuevas y parece esconderse detrás de sus padres cuando surgen dificultades o desafíos; puede suceder a cualquier edad, pero a menudo se hace más evidente en la escuela primaria, cuando los niños cumplen los desafíos. Puede haber ocurrido en los primeros años, pero los resultados sólo se hacen evidentes durante esta etapa.
A veces, circunstancias como la desintegración familiar, un cambio de situación o la enfermedad de los padres puede conducir a una sobreprotección como una forma de compensación. Es difícil de romper un patrón de sobreprotección; sin embargo, si un niño es tan dependiente de los padres, que piensa que no pueden vivir sin ellos, entonces es el momento de tomar alguna acción.
Otra manera de dejar el hábito de sobreprotección, es hacerlo a hurtadillas; pco a poco los padres necesitan dar marcha atrás en la asistencia que proporcionan a los niños y pueden empezar por insistir en que los niños vayan sólos a la escuela, siempre y cuando sea seguro, se levanten sólos cada mañana y otras formas simples de auto-ayuda cuando sea necesario.
Se puede vencer el hábito de sobreprotección dando a los niños ideas, consejos y técnicas para hacer frente a sus retos en lugar de permitirles evitar los problemas. Es necesario que los padres enseñen y apoyen, en vez de proteger o compensar en los problemas sociales, físicos o intelectuales que pueden ocurrir.
Los padres deben demostrar una inquebrantable confianza en la capacidad que tiene el niño para enfrentar y defenderse por sí mismo; sin embargo, es necesario saber cuándo los niños necesitan su ayuda, para echar una mano de vez en cuando.
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