Puede estar causada por bacterias o virus, pero también por irritantes físicos o químicos o por mecanismos alérgicos. Las conjuntivitis infecciosas se manifiestan con síntomas como enrojecimiento de la conjuntiva, lagrimeo y secreciones purulentas.


Los síntomas de conjuntivitis en el recién nacido son:
-Inflamación de los párpados y la conjuntiva;
-Acumulación de pus, que puede verse al separar el párpado;
-Abundancia de legañas, que pueden sellar los ojos;
-Lágrimas y formación de llagas que pueden dañar la córnea permanentemente, si el tratamiento se retrasa.
Cuando las conjuntivitis se repiten muy a menudo en un bebé, es muy probable que padezca una "dacrioestenosis", es decir, la estrechez del conducto a través del cual, las lágrimas desaguan en la nariz, con lo que el niño empieza a lagrimear continuamente a partir de las tres o cuatro semanas de vida y presenta secreciones purulentas, que pueden indicar infección y requerir tratamiento.
Son variadas las conjuntivitis que pueden afectar al bebé. Como preventivos puedes utilizar:
-Una pomada antibiótica puede prevenir las conjuntivitis, pero no siempre es capaz de combatir la conjuntiv¡tis por Clamydia.
-También la higiene es muy importante, para prevenir las conjuntivitis, tanto en niños como en adultos. Se debe de enjuagar el ojo con suero fisiológico y evitar compartir toallas de la persona afectada de conjuntivitis.
-Las conjuntivitis víricas normalmente no requieren tratamiento, pero se pueden recetar gotas antibióticas para los ojos, para ayudar a disminuir la posibilidad de una infección secundaria. Los ungüentos con corticosteroides no se utilizan en recién nacidos.
-Como no siempre se infectan los dos ojos, debes evitar el contacto del ojo sano después de limpiar el ojo afectado y cuando coloques la gota o la pomada, evita apoyar el envase del remedio sobre el ojo del bebé. En el caso de que los dos ojos estén infectados, usa un algodón para limpiar cada ojo; comienza desde el ángulo interior del ojo hacia afuera.
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