Existen algunas pautas importantes a la hora de almacenar papillas para el bebé, bien sea en el refrigerador o en el congelador; de manera que cuando el bebé las consuma, lo hagan conservando todos los nutrientes posibles. Por ello presta atención a los siguientes consejos de conservación.
– Antes de manipular cualquier alimento para bebés, lava tus manos con agua y jabón, incidiendo particularmente en las uñas.
– Asegúrate de que los recipientes se encuentran bien limpios, antes de verter la comida en ellos, para su posterior almacenamiento.
– Conservar en el refrigerador entre 4-5º C, para mantener la calidad y los nutrientes del envase; cualquier temperatura por debajo, puede dar lugar a la proliferación de bacterias. En los congeladores deberás de mantener la temperatura a unos 0º C, y conservar la comida para bebés, en la parte más fría del mismo.
– Las papillas deben de conservarse en recipientes herméticos, ya sea en el refrigerador o en el congelador; en el caso del último deben de etiquetarse, indicando el contenido y la fecha de congelación.
– Coloca los recipientes en orden, de manera que las fechas y el contenido estén visibles, y sin juntar las papillas de carne con las de pescado, para evitar la contaminación cuzada.
– Para obtener una calidad óptima y la mayor retención posible de nutrientes, es preciso mantener los recipientes de comida para bebés en el congelador por un máximo de 3 meses, y siempre que sea posible consumir antes de que se cumpla un mes. En el caso del refrigerador, se recomienda no dejarlo más de tres días y conservarlo en recipientes herméticos; pasado ese tiempo, desecha los alimentos.
– Cierra bien los recipientes antes de su conservación y asegúrate de que su contenido se encuentra frío, antes de cerrar la tapa y guardarlo, ya sea en el refigerador o en el congelador.