Si piensas visitar la playa con tu hijo te recordamos que no es bueno que acudan los bebés menores de seis meses. Su piel aún es muy sensible y no tienen la capacidad de aguantar los fuertes rayos de sol de forma directa. La piel de los bebés muy pequeños no tiene la posibilidad de producir melamina, sustancia que actúa como protectora. Lo mejor es ni siquiera llevarlo debajo de una sombrilla, aun usando protector solar.
Cuando son un poco más grandes y puedas llevarlos a la playa siempre, aunque estén a la sombra, debes colocarle protector solar. El mismo deberá ser de protección mayor a 30. Debes aplicarlo media hora antes de salir y si el pequeño se mete en el agua deberás reforzarlo.
Dale a tu hijo baños de agua fresca para combatir el calor. Esto le permitirá dormir de manera más placentera y relajada, pero nunca debes dejarlo solo en el agua. Por otro lado, hasta que se acostumbre a los baños tendrás que ir introduciéndolo lentamente, si sientes que está incomodo o que tiene miedo no sigas intentándolo por ese momento.
Es muy importante que tu hijo esté correctamente hidratado y que la alimentación sea liviana pero con muchos nutrientes, nada mejor en esa época que consumir verduras y frutas, sobre todo las de estación.
Es muy necesario que respetes los horarios de exposición al sol, no te expongas ni expongas a tus hijos desde las 10 de la mañana hasta las 4 de la tarde.
Evita las causas y consecuencias de los golpes de calor. Mediante este trastorno el cuerpo puede llegar a perder grandes cantidades de agua, causando la deshidratación del cuerpo. Debes ofrecerle a tu pequeño agua de forma frecuente, observa su temperatura, si ésta llega a superar los 38 grados debes llevarlo a tu médico.
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