

El llanto es la única forma de expresión de los bebés, que lloran cuando tienen hambre, frío, calor, cuando tienen el pañal sucio o sienten dolor.
Algunas veces los bebés lloran sin causa aparente, puede que se sientan solos o estén aburridos, en cuyo caso valdrá con cantarles una canción, pasearlos o acunarlos en brazos. Siempre lo hacen por una razón y aunque al principio parezca imposible, llegará el momento en que los padres identifiquen fácilmente las necesidades de su hijo o hija.
La implementación de una rutina puede ser muy importante a la hora de comprender al recién nacido. Los niños suelen marcar su propio ritmo basado en la alimentación y el sueño. El llanto de un bebé siempre ha de ser tomado en cuenta, puesto que este es el único lenguaje que posee. Aunque a veces sólo querrá un abrazo o un poco de compañía, en ningún caso hay que ignorarlo.
Estudios recientes han demostrado que si un bebé que lleva más de cinco minutos llorando es mucho más difícil calmarlo. Sin embargo si el bebé es atendido de inmediato estará aprendiendo a confiar en sus padres. El mito de que los bebés necesitan llorar es sólo eso, un mito.
Si usted no puede calmar a su bebé a pesar de que ha intentado todo lo que cree que pueda consolarlo y aun así el llanto persiste y se hace cada vez más fuerte, acuda al hospital, es muy probable esté enfermo.
Durante las primeras semanas de vida es normal que los bebés lloren con frecuencia y en general todos los niños menores de un año suelen llorar más a partir de las seis de la tarde.
Los adultos estamos programados genéticamente para no resistir el llanto de un bebé. Es normal ponerse nervioso, pero los padres deben intentar tener paciencia y ecuanimidad. La próxima vez que su bebé llore recuerde que está intentando decirle algo.
Imagen: Môiseur J.