

Sobre el uso de los antibióticos en el parto
Respecto a esta cuestión destaca el estudio realizado el año pasado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y publicado en el periódico "Journal of Pediatrics". El mismo asegura que la administración de antibióticos a una mujer durante el parto puede alterar el proceso de establecimiento de la flora intestinal del recién nacido, provocando esto "grandes alteraciones" en los bebés prematuros. Es la primera vez que se analiza tan exhaustivamente esta práctica, que en España tiene lugar en tres de cada diez partos.
Los investigadores de este estudio son científicos del Servicio de Salud Pública del Principado de Asturias y de la Universidad de Parma (Italia), los cuales analizaron las heces de 40 recién nacidos, 27 prematuros y 13 bebés "a término" (nacidos entre la semana 37 y la 42 de gestación). A través de la tecnología de secuenciación masiva de ADN, también estudiaron la flora intestinal de estos niños utilizando las secuencias del gen de ARN ribosomal 16S.


El estudio concluye que los prematuros poseen niveles menores de microorganismos comensales, como las bifidobacterias y los bacteroides, que forman parte de la microbiota normal. Los científicos afirman que esta diferencia es aún mayor en los niños cuyas madres tomaron antibióticos durante el parto.
No obstante no sería adecuado suprimir por completo estos medicamentos, ya que en algunos casos son absolutamente necesarios. Un ejemplo es cuando existen determinadas bacterias en su organismo, como el Estreptococo Agalactiae. En ese caso es imprescindible la administración de antibióticos durante el parto, pues esta bacteria puede establecerse en la piel del recién nacido, pasando después a sus pulmones y causando una grave neumonía. También son necesarios los medicamentos si existe una infección.


Los más utilizados durante el embarazo y el parto son los elaborados con metronidazol, ampicilina, eritromicina, gentamicina y clindamicina. Estos nos ayudan a solventar diferentes problemas, relacionados sobre todo con el parto prematuro. También se administran con frecuencia para prevenir o tratar el estreptococo del grupo B.
Además los antibióticos son fundamentales en el caso de ruptura de las membranas antes de término (denominada PPROM por sus siglas en inglés); es decir, si se rompe el saco amniótico antes de las 37 semanas de embarazo.
De cualquier forma, lo mejor es ponerse en manos de un profesional cualificado, que sepa con exactitud cuándo es conveniente administrar antibióticos sin poner en riesgo la salud de la madre ni del bebé.
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