

Pollo al limón.
Rellena un pollo entero con una pastilla de caldo y un limón entero. Untalo de mantequilla y añade tomillo. Cuando el horno esté muy caliente -acuérdate de encenderlo cuando lo estés preparando- mete el pollo para que quede dorado y crujiente. Añade cebollas y exprime zumo de limón. Ve regando el guiso con otra pastilla de caldo y de vino blanco. Baja la temperatura del horno para que se haga lentamente por dentro. Por último puedes freir unas patatas en la freidora.
Pollo a la naranja.
Trocea el pollo y salpimentalo. Exprime dos naranjas -reserva su rayadura en un plato- y durante una noche deja el pollo en el zumo. Rehoga ajo y cebolla y añade el pollo con un poco de tomilla y la pastilla de caldo. Añade la ralladura y deja que se haga una salsa espesa.
Pollo con verduras.
Pica cebollas, ajos y perejil en aceite de oliva. Cuando la cebolla esté semitransparente añade bacon en tiritas y pimientos de colores -amarillo, rojo y verde- también cortados en tiritas. Este plato cuántos más colores más vistoso: prueba a añadirle zanahorias, calabacín... Por último añade el pollo en tiras y una pastilla de caldo y ponlo a cocer a fuego medio.
Pollo a la andaluza.
Haz un sofrito de ajo y cebollas. Añade tomate picado, tomillo y orégano. Salpimenta el pollo y enharinalo antes de freirlo en abundante aceite. Saltea unos champiñones e incorpora el pollo al sofrito. Durante quince minutos deja que se haga a fuego lento vigilando que no se pegue.