

Lo primero que hay que tener en cuenta es que la existencia de antojos es absolutamente normal y no implica algo nocivo para el embarazo, siempre y cuando no consistan en la ingesta de alcohol, tabaco o drogas.
Por lo general la existencia de esta necesidad viene ligada a la ingesta imperiosa de alimentos que no están incluidos dentro de la dieta general de una mujer embarazada. Hay que dejar algo bien en claro: si se desea consumir algún dulce, chocolate o cualquier tipo de caramelos (que por lo general son los de mayor presencia en los antojos) puede hacerse, siempre y cuando no sea en exceso ni todos los días.
Pero para calmar las ansias durante el proceso de gestación del bebé existe el método de autocontrol, que implica introducir imágenes mentales que retiren el deseo de comer de la cabeza. Porque un antojo es justamente eso, el pensamiento continuo de un determinado tipo de alimento creyendo que si no se consume no se puede proseguir con otras actividades.
De modo que al momento en que se presente la necesidad imperiosa de ingerir algo que no esté dentro de las recomendaciones alimenticias en el embarazo hay que cambiar lo que estamos pensando. Lo más recomendable es relajarse y meditar, pensando en ciertos lugares, paisajes, objetos y olores (siempre y cuando no sean de comidas porque si no estaremos siempre en lo mismo).
Este es un método comprobado por estudios psicológicos y que realmente funciona. Sin embargo, tampoco hay que forzar la mente pensando que las ansias por comer son malas, porque eso puede causar estrés. Hay que cuidarse y pensar en mantenerse saludable para que el crecimiento del bebé sea óptimo, pero no hay problemas si de vez en cuando las mujeres se dan algún gusto y responden a los antojos.
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