

El padre sirve de mucha ayuda ya que en el momento inicial del parto, pueden ir cronometrando los intervalos que hay entre una contracción y otra, además de servir de relajante para la madre, distrayendo un poco el momento hablando o escuchando música.
En el momento que la mujer entra en la sala de dilatación, el padre debe darle ánimo y ayudarla con la respiración, intentando tranquilizarla hablando de otra cosa y distrayéndola. Es muy normal que la contestación de la mujer no sea muy amable ya que el momento antes del parto es normal el cambio de humor y sobre todo en el momento que sienta el dolor de la contracción. El padre debe armarse de paciencia y no tomarse muy enserio esas contestaciones.


Por último, el momento en el que llega el parto, el padre es una pieza clave. La mujer sentirá en ese momento el dolor más fuerte, el acompañante debe de darle ánimo y ayudarla a que no pierda el ritmo de la respiración ya que esto hará que esté más tranquila y por lo tanto que el parto sea, dentro de lo que cabe, más llevadero para ella. En el momento de dar los últimos empujones, el acompañante deber de apoyarla de manera que cuando ella empuje él pueda ayúdarla a tomar la posición que escoja más oportuna para dar a luz, es decir, si ella se incorpora el debe ayudarla a esa incorporación.
Es una experiencia muy bonita y única en la vida que todo padre debería experimentar junto a su pareja.
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