

En un primer momento sucede que la niña se siente atraída por la madre, pero a medida que va creciendo, transfiere el cariño a su padre; se siente una pequeña mujer enamorada, que hace todo lo posible por atraer la atención de su objeto de amor.
El Complejo de Electra es muy común en todas las niñas en algún momento de la infancia aunque puede ir más allá; el enamoramiento hacia el padre puede generar una situación de rivalidad con la madre. Se puede observar a partir de los 3 años y en un plazo de dos años suele resolverse de forma natural.
Esta circunstancia es menos clara y pasa más inadvertida en las niñas que en los niños, ya que a las niñas les une un vínculo estrecho con la madre y les impide mantener la competitividad con ella; lo normal es que la niña sienta predilección por su progenitor, pero puede suceder que la pequeña le rechace, debido a que se sienta defraudada por haberla rechazado.
Es normal oír decir a una niña que "se quiere casar con papá", ya que es el único referente masculino que conoce y por imitar a su madre, la niña desea lo mismo; es importante que los padres hagan entender a la pequeña la prohibición del incesto para dejar claros los roles de sus progenitores.
Una vez que lo entienda, reconocerá que el padre prefiere a la madre y buscará otro amor, pero si la pequeña opone resistencia, se generará una anomalía patológica, donde será importante que acepte su atracción para poder superarla; aunque esto era más normal que sucediese en siglos anteriores, debido a la represión cultural que existía.
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